¿Por qué realizar un coloquio sobre mediatizaciones en un museo de ciencias naturales? 
Esto que parece un antojo, se nutre, en realidad, de una intuición compartida que no por su extravagancia deja de ser inquietante: las fantasías asociadas a unas piedras talladas hace más de dos millones y medio de años, como parte del proceso de hominización iniciado hace unos siete millones. 
En nuestra época, en la que la solidez de esas piedras parece desvanecerse en la doxa del ser digital como augurio de umbral ontológico -de la cual la circulación de los discursos sobre el big data viene a ser interpretante destacado-, la teoría de las mediatizaciones se coloca -en uno de sus desarrollos, y a partir del legado del último Verón- en esa larguísima duración como escenario mítico del despliegue, desde entonces ininterrumpido, de la semiosis.
Este núcleo problemático que va del primer utensilio pétreo al bit, despliega una constelación de saberes cuya dispersión convoca al debate a investigadores provenientes de las llamadas ciencias duras y de las blandas. 
Se traza, así, de manera casi inadvertida, una cronotopía señalizada por un museo de ciencias naturales y un centro universitario con gusto por la semiótica.
Lo que está en juego, en dicha asociación, es la fascinación investigativa de una pesquisa que pone todo al servicio de la imaginación. 
El debate sobre los corpus -de los pesados a los blandos-, es, simultáneamente, una interrogación sobre la época. No nos resulta posible abordar las incertidumbres ligadas a nuestro actual estatuto corporal sino explorando dicho malestar desde una mirada transdisciplinar. 
El CIM y el Museo, en tanto escenas instituyentes de este foro, los convocan a participar del desafío.

Dra. Sandra Valdettaro